Canciones de amor y desamor (y otras tonterías)
Los demos y videos de mis canciones
martes, 10 de agosto de 2021
Sólo he venido a decirte adiós (Homenaje a Bob Dylan)
lunes, 5 de julio de 2021
Amanecer( lyric video)
Aquí "Amanecer", el noveno sencillo de mi álbum "Nunca es tarde". La canción la compuse originalmente en 2016, para una amiga que estaba pasando por un mal momento en su vida y quise darle ánimos y esperanza por medio de la música. El mensaje, sin embargo, puede trasladarse para toda la gente en estos largos meses de oscura pandemia, una noche de la cual tarde o temprano habremos de salir para encontrar un nuevo amanecer.
Guitarras acústicas (en especial la de Jehová Villa Monroy), flautas (de María Emilia Martínez), cuerdas (a cargo de Jazmín Rivera), piano (Ernesto Guerrero), voces (mucha atención a la bellísima participación vocal de mi querida y admirada Iris Bringas) y el juego de dos bajos Aura Ortiz y Aarón Cruz). La masterización corrió a cargo de Arcadio Hernandez Duarte y el lyric video es obra de mi hijo Jan Hellion). Ojalá la puedan escuchar y ojalá que les guste. Toda opinión será bienvenida.
sábado, 5 de junio de 2021
S.O.S.
Demo de una canción cuyas música y letra compuse este viernes. Se trata de un tema previo a las elecciones federales del domingo 6 de junio de 2021 en México. Lo grabé yo solo con GarageBand. Realicé el video por medio de iMovie.
viernes, 1 de abril de 2016
El blues del destino
(Compuesto el 15 de abril de 2006)
Escribí este blues basado en el estilo de Buddy Guy y a manera de homenaje a Robert Johnson. Se trata de un blues lento y acompasado que llora al amor perdido y se refiera a elementos clásicos del género, como el whisky y la magia. La grabación de Los Pechos Privilegiados que aquí escuchamos data de 2008 y la hicimos en las sesiones con José Luis Domínguez en el estudio de la escuela de música DIM, en Coyoacán. La alineación es con la extraordinaria guitarra de Mauricio "El Mao" Mayén, el bajo fino y sutil de Rafael Herrera, la efectiva batería de Demetrio "Demex" García y en la parte final las bellas voces de Leyla Rangel y Giuliana Vega. Yo llevo la primera voz y la segunda guitarra. Cuando la tocábamos en el Ruta 61 (era parte indispensable de nuestro repertorio), solía acompañarnos María Emilia Martínez con la flauta y le daba un toque extraordinario. Lamentablemente, no contamos con ella en la grabación de estudio, aunque sí hay un video en concierto en el que se le puede ver y que incluyo también en este post.
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EL BLUES DEL DESTINO
Hay una mujer en mi destino.
Es una mujer que me hechizó.
Hay una mujer en mi destino.
Es una mujer que me embrujó.
Me envolvió con sus mágicos encantos
y luego, sin rubores, me abandonó.
Alguien le preguntó a Robert Johnson:
“Oye, Robert, dime qué es el blues”.
Johnson dio un trago a su whiskey
y sin una duda le respondió:
“El blues no es más que un hombre bueno
que llora al recordar a la que lo dejó”.
Una maga me leyó las cartas.
Me dijo que mi alma gemela eres tú.
Una maga me leyó las cartas.
Me dijo que mi alma gemela eres tú.
Oye, niña, canta conmigo este blues.
jueves, 10 de marzo de 2016
Voy camino a casa
La canción con la cual solíamos cerrar las presentaciones de Los Pechos Privilegiados. La compuse en 1981, aunque no tengo claro en qué día y en cuál mes exactamente. Es un claro homenaje a Chuck Berry en la parte musical, mientras que en la letra cuento los avatares de un habitante de la Ciudad de México (cuando la escribí era todavía el Distrito Federal) que sale a trabajar y ya no regresa a su hogar, al quedarse atrapado en un espantoso congestionamiento de tránsito. Se trata de una pieza irónica y divertida (al menos nos divertíamos mucho al tocarla, ya que la alargábamos casi al triple en su versión "en vivo"). Esta es la versión corta.
Voy camino a casa
Esta mañana cuando desperté,
no pude imaginar lo que iba a suceder.
Me fui temprano a trabajar y el día se fue sin una novedad.
Voy camino a casa aunque sé que no voy a llegar.
Por el camino yo tomé un camión
y a las pocas cuadras esto comenzó:
es un maldito aterrador, horripilante y feo embotellamiento.
Voy camino a casa aunque sé que no voy a llegar.
No hay salida o forma de huir.
Estamos atrapados y me siento morir.
No hay remedio y no queda más
que juntar las manos y ponerse a rezar.
Muchos incautos se han quedado aquí.
Es una locura sin principio y sin fin.
Y yo me pongo a meditar y me preocupa mi incierto futuro.
Voy camino a casa aunque sé que no voy a llegar.
No hay salida o forma de huir.
Estamos atrapados y me siento morir.
No hay remedio y no queda más
que juntar las manos y ponerse a rezar.
Sólo le pido a quien me pueda escuchar,
avise a mi familia que no volveré más:
que han perdido a otro pariente
en el panteón del Eje Dos Poniente.
Voy camino a casa aunque sé que no voy a llegar.
Voy camino a casa aunque sé que no voy a llegar.
Voy camino a casa aunque sé que no voy a llegar.
Voy camino a casa y yo sé que no voy a llegar.
lunes, 5 de octubre de 2015
Buenos días, niña
(Compuesta el 3 de octubre de 2015)
Esta canción surgió de pronto, incluso impensadamente, en la madrugada de ayer sábado. La música me llegó, tomé la guitarra, desarrollé las armonías, se me ocurrió una letra (de esas ocurrencias que vienen quién sabe de dónde pero que encajan a la perfección) y quedó de un tirón, casi como escritura automática. Decidí grabarla de inmediato en iMovie, para que no se me olvidara y, helas!; me gustó como quedó, así, espontánea y despeinada. El proceso todo duró una hora, de las tres a las cuatro de la mañana. Lo que dice tiene por supuesto una destinataria, una musa inspiradora cuyo nombre no revelaré, aunque en cuanto ella la escuche sabrá que la canción es suya. Incluyo aquí la letra y el video.
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Buenos días, niña
Buenos días, niña, supongo que duermes aún.
Es de madrugada y hago lo que ya es común:
pensar en tu rostro y en tu sonrisa también.
Buenos días, niña, estoy en la computadora,
con ganas de escribirte un mensaje a estas horas.
Un mensaje dulce y de pocas palabras, mi bien.
Buenos días, hermosa, te extraño en esta noche fría.
Rodeado de silencio, añoro más tu compañía.
Cosas de estar solo y de que tú no estés aquí.
Buenos días, niña, me gusta soñar despierto.
Soñar que estás conmigo,
que eres como un libro abierto.
Utopías vanas en un hombre de mi edad.
Buenos días, niña, supongo que duermes aún.
Pronto en mi ventana aparecerá la luz.
La luz de otra mañana en que tampoco te veré.
Octubre 3, 2015
martes, 18 de agosto de 2015
Dame a tu dama
(Compuesta el 25 de enero de 2014)
Compuse esta canción en enero de 2014. Surgió como suelen surgir mis composiciones: de pronto y sin previo aviso. No está dedicada a alguna mujer en particular, pero a lo largo de los años más recientes me he encontrado con más de una amiga que pasa o ha pasado por una situación similar y es que... ¡cómo abundan los patanes!
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lunes, 17 de septiembre de 2012
Compañera
A principios de 1975, mi ideología había tornado de un hippismo idealista a un izquierdismo utópico y todavía más idealista. Tenía diecinueve años (cercanos a los veinte) y llevaba poco menos de mes y medio con mi primera novia, Rosa Olivia, quien con el paso del tiempo se convertiría en mi esposa y en la madre de mis dos hijos. Ella también simpatizaba con la izquierda y por ese entonces era más seguidora de la música folclórica iberoamericana que del rock o el jazz. Hasta donde recuerdo, le escribí esta canción (la quinta de varias que le hice) en algún momento en que sentí que ella flaqueaba ideológicamente y quise animarla a seguir "en la lucha" (todavía faltaba poco más de un año para que nos afiliáramos al Partido Mexicano de los Trabajadores, el PMT). El mensaje era que no podíamos limitarnos al concepto de pareja, sino que juntos debíamos luchar por la felicidad colectiva, por la justicia social, etcétera. Yo estaba convencido de la inevitabilidad de la revolución y del triunfo final del socialismo, lo cual traería como consecuencia la muerte del capitalismo y la caída del imperialismo yanqui..., etcétera. Era un utópico, ya lo dije. Pero eso sí: sincero y apasionado.
La grabación es malísima. La hice yo solo -como una prueba en Garage Band- y todo, voces e instrumentaciones, son responsabilidad mía (no se culpe a nadie más). Es un demo malhechón, pero ahí queda como muestra de lo que eran mis canciones en esa época, hace treinta y siete años. Lo sé, parece canción escrita por alguien de #Yo Soy 132. Ni hablar.
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Derechos reservados
martes, 11 de septiembre de 2012
Pinochet en el zoológico
Cuando el 11 de septiembre de 1973 sobrevino el golpe militar contra el presidente chileno Salvador Allende, el efecto fue traumático, sobre todo para quienes en ese tiempo éramos socialistas convencidos. Yo tenía dieciocho años y ver por televisión aquellas escenas del bombardeo del Palacio de la Moneda de Santiago resultó tristísimo. Allende había venido a México meses antes y fue recibido por el entonces presidente mexicano Luis Echeverría. Creo que fue en Guadalajara, durante una reunión con estudiantes, donde don Salvador pronunció su famosa frase de "ser joven y no ser revolucionario es una contradicción". El hecho es que nos tenía ganados a todos los que profesábamos convicciones de izquierda y su muerte, a manos de la junta militar chilena, comandada por el general Augusto Pinochet, resultó impactante. A muchos nos llenó de odio contra los gorilas o milicos represores, quienes apoyados por el gobierno estadounidense, encabezado por la siniestra dupla Nixon-Kisinger, cometieron una serie de crímenes bárbaros e inenarrables.
Seis meses después del terrible magnicidio, escribí "Pinochet en el zoológico". Aún no entraba en mi periodo de compositor "latinoamericanista" (aunque faltaba ya poco para ello), pero quise darle un estilo musical emparentado con la música del cono sur. No sé a cuál género pertenezca exactamente, pero sí tiene ese tono folcloroide (Federico Arana dixit).
La grabación es bastante deficiente y la tomé del cassette que Adolfo Cantú y yo grabamos a mediados de 1974, durante un ensayo del entonces ya dueto Octubre, en la casa de mi gran amigo, en Tlalpan. Fue hecha en una pequeña grabadora casera. Estamos los dos en guitarras y voces. Quise recordarla y subirla al blog, hoy que se cumplen treinta y nueve años de la muerte de Salvador Allende.
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El tío Sam me dio un regalo porque he sido un buen soldado.
Porque con sangre ensucié todo el suelo chileno,
porque maté y torturé, porque he sido sobrino bueno.
El tío Sam me dio un regalo porque he sido un buen soldado.
Porque voy a terminar con todos los comunistas
y si me quedo solo, Chile será pa los turistas.
El tío Sam me regaló un viaje, por ser obediente me dio hospedaje.
Me invitó a conocer el zoológico de Arkansas
y yo no sé por qué me sentí todo en confianza.
En una jaula había un gorila; se lo pedí, yo lo quería,
para mandarlo de embajador a las Naciones Unidas,
para que vean que el nuevo gobierno está a la moda del día.
(Derechos reservados)
viernes, 6 de abril de 2012
Viernes santo
Escribí esta pieza en una época en la cual me debatía entre el pensamiento liberacionista de los años sesenta y las ideas socialistas. Era un tiempo en el que me interesaba hacer canciones con mensaje, incluso de protesta, y en este caso mi blanco eran tanto la Iglesia católica como los propios católicos, en quienes yo veía una enorme hipocresía. A pesar de provenir de una familia profundamente católica y de haber recibido una cerrada educación religiosa (lo cual incluye todos mis años de primaria en colegios de monjas y sacerdotes) o quizá por lo mismo, a mis diecisiete años yo era un jacobino ateísta y antirreligioso de enorme radicalidad. Fruto de ello es este tema, "Viernes santo", que formaba parte del repertorio del grupo Octubre y que a principios de los setenta solíamos cantar con especial enjundia y convicción, lo cual espantaba a más de una buena conciencia.
Aunque hoy día no mantengo aquel extremismo y he dejado de ser antirreligioso (respeto las creencias de cada quién), me queda claro que la hipocresía de la Iglesia y de muchos católicos sigue idéntica a la de hace cuarenta años, cuando escribí la canción. Las cosas en muchos aspectos no han cambado y eso la hace seguir vigente.
La grabación forma parte de las sesiones en el Desierto de los Leónes, en el año 2000, y en voces y guitarras estamos Adolfo Cantú y yo. Musicalmente, se trata de un rock acústico que por su fuerza bien podría convertirse en eléctrico y al que no logro asociar con alguna influencia en específico.
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(Derechos reservados)