viernes, 6 de abril de 2012

Viernes santo

(Compuesta el 31 de marzo de 1972)

Escribí esta pieza en una época en la cual me debatía entre el pensamiento liberacionista de los años sesenta y las ideas socialistas. Era un tiempo en el que me interesaba hacer canciones con mensaje, incluso de protesta, y en este caso mi blanco eran tanto la Iglesia católica como los propios católicos, en quienes yo veía una enorme hipocresía. A pesar de provenir de una familia profundamente católica y de haber recibido una cerrada educación religiosa (lo cual incluye todos mis años de primaria en colegios de monjas y sacerdotes) o quizá por lo mismo, a mis diecisiete años yo era un jacobino ateísta y antirreligioso de enorme radicalidad. Fruto de ello es este tema, "Viernes santo", que formaba parte del repertorio del grupo Octubre y que a principios de los setenta solíamos cantar con especial enjundia y convicción, lo cual espantaba a más de una buena conciencia.
  Aunque hoy día no mantengo aquel extremismo y he dejado de ser antirreligioso (respeto las creencias de cada quién), me queda claro que la hipocresía de la Iglesia y de muchos católicos sigue idéntica a la de hace cuarenta años, cuando escribí la canción. Las cosas en muchos aspectos no han cambado y eso la hace seguir vigente.
  La grabación forma parte de las sesiones en el Desierto de los Leónes, en el año 2000, y en voces y guitarras estamos Adolfo Cantú y yo. Musicalmente, se trata de un rock acústico que por su fuerza bien podría convertirse en eléctrico y al que no logro asociar con alguna influencia en específico.

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Viernes santo

Todos de repente se vuelven buenos, hipocresía en sus mentes,
Creen que en un día basta y sobra para volverse buenas gentes.
Todos se hincan a pedir perdón, todos se inclinan a pedir acción.
Pero dicen que están apenados y arrepentidos de sus pecados.

Jesús sé que no podrías soportarlos.
Judas sé que nunca podrías aguantarlos.
Jesús ahora estás muerto y lejos y solamente quedan tus reflejos.

Todo el año seguirán igual, pero hoy es diferente.
Si él pudiera verlos tan sólo como están, les escupiría en la frente.
Juego de ovejas estúpidas e inocentes y que se creen inteligentes.
En un día quieren arreglarlo todo, pero siguen de ese modo.

Ser cristiano no es ir a misa ni rezar todas las noches
ni implorar y dar las gracias ni dar diezmos y derroches.
Ser cristiano no es dar limosna para después humillar.
Tampoco es golpearse el pecho y ponerse a comulgar.




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