martes, 29 de noviembre de 2011

Al final

(Compuesta el 10 de octubre de 2007)

A fines de 2006 conocí a una chava por MySpace, nos hicimos muy amigos, nos vimos en persona (ya a principios de 2007) y empezamos a frecuentarnos. Poco a poco me ganó por su simpatía y me fui clavando con ella, a pesar de que tenía novio y hasta vivía con él. Aunque la relación duró poco más de un año y medio (y terminó de la manera más decepcionante y abrupta), nunca pasó algo “serio” entre nosotros y tampoco fue un enamoramiento obsesivo como los que había yo tenido antes. Sin embargo, le escribí una decena de canciones y ésta es una de ellas.
  “Al final” habla de su relación oficial que a mí, en mi ciego afán por tratar de andar con ella, me parecía absurda (bueno, también me parecía absurda por muchas cosas que me contaba confidencialmente y que me hacían pensar que en realidad no estaba enamorada de su novio). Como sea, retrata un momento en el cual todo el mundo me decía no entender qué podía yo ver en aquella veinteañera. Sin embargo, estaba empeñado en que era una mujer maravillosa y que era perfecta para mí (casi un años después, gracias a París, descubriría todo lo contrario).
  La música es un rock blues con una figura clásica en el bajo y diversos parones y cambios de ritmo. La letra es clara, directa y sin la menor intención poética. Quise hacer un blues grasoso y sin artificios.
  La grabación en video es de una actuación de Los Pechos Privilegiados en el bar Ruta 61, el 20 de noviembre de 2008. Estamos Leyla Rangel y Giuliana Vega en los coros, Carolina Reyes en la batería (creo que era su debut con nosotros), Rafa Herrera en el bajo, Mao Mayen en la guitarra y yo en voz principal, guitarra y armónica.
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Al final

Mis amigas me lo dicen: no vuelvas a lo mismo,
No repitas los esquemas, no caigas en el abismo.
Mis amigas me lo dicen y yo no les presto oídos.
Soy un necio sin remedio y siempre me repito.
Me enamoro de quien no debo
y luego lloro como un niño.
Por eso cada vez termino peor que un desvalido.

Tú me gustas más que nadie, yo te quiero para mí.
El imbécil con quien andas no te puede hacer feliz.
Para qué perder más tiempo si al final tú lo verás:
que ese galancito tuyo es un perfecto patán.
No lo comprendo, nunca lo voy a comprender,
porque, a pesar de los pesares,
tú prefieres andar con él.

Mis amigas me lo dicen: “Ella no te conviene,
está jugando contigo, tan sólo se entretiene”.
Mis amigas me lo dicen,
pues saben lo que se viene:
que al final, al final…
al final, al final, con ese güey te vas a quedar.



(Derechos reservados)

viernes, 25 de noviembre de 2011

El bosque

(Compuesta el 27 de febrero de 1972)

Una de mis vertientes como compositor es la de la canción para niños. Debo haber escrito hasta ahora una veintena de ellas. Desde muy joven tuve facilidad para llevarme bien con los pequeños, lo cual sin duda me ayudó a ser un buen padre. En 1972, a mis diecisiete años, andaba yo muy metido en la cuestión ecologista (creo que ni siquiera se le decía de ese modo todavía) y de defensa de la naturaleza. “El bosque” me salió así, de pronto, como una tonada infantil con mensaje (dirían hoy) ambientalista y en pro de la protección a los animales. Es un relato acerca de una ardilla que vive feliz en un bosque a donde no ha llegado la mano del hombre.
  El tema formaba parte del repertorio de Octubre, desde la época de los conciertos de “Canción debate” en la Casa del Lago de Chapultepec, en 1972. La música está un tanto influenciada por Donovan, en su era de discos como Barabajagal (1969) y Open Road (1970). Esta grabación forma parte de las sesiones del Desierto de los Leones (2000), en la casa de Adolfo Cantú, quien me acompaña en las voces y las guitarras.
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El bosque

Era una vez una ardilla feliz que juntaba nueces para poder vivir,
en el agujero de su árbol gentil, en la frescura de abril.
Vivía con su pareja y sus hijos también, feliz sin molestar a qué o a quién,
respetando el balance y la belleza de la naturaleza.
Todo era paz y tierna quietud.
Las aves volando y el arroyo cantando:
La la la la, la la la la….

El cielo brillaba por su limpieza, el río resaltaba por su belleza,
los seres del bosque tenían su riqueza en la felicidad.
Todo el tiempo vivían felices, desde la zorra hasta las perdices,
los venados y los gusanos, no sabían de los humanos.
Todo era paz y tierna quietud.
Las aves volando y el arroyo cantando:
La la la la, la la la la….

Era una vez una ardilla feliz que juntaba nueces para poder vivir,
en el agujero de su árbol gentil, en la frescura de abril.
Espero que la ardilla siga viviendo así y si algún día tú vas por ahí,
espero sepas cómo ser feliz y no trates de darle fin.
Ojalá y en ese bosque las aves sigan volando
y el arroyo cantando:
La la la la, la la la la….

El bosque mp3 by Hugo García Michel

(Derechos reservados)

martes, 22 de noviembre de 2011

Al borde de la ruina

(Compuesta en octubre de 1993)

Me divorcié en septiembre de 1992, luego de meses más que tormentosos, y a principios del año siguiente mi hermano Sergio me puso en contacto con una fotógrafa especializada en registrar conciertos de rock con el lente de su cámara. Realmente era muy buena. Me la presentó por cuestiones meramente profesionales, ya que para entonces yo estaba en plenas tareas para echar a andar lo que en febrero de 1994 sería la revista La Mosca en la Pared. Al principio, aquella joven de veinticuatro años no me llamó demasiado la atención, mas en poco tiempo caí bajo su embrujo y me enamoré perdidamente de ella. Un par de años después, sería mi fuente de inspiración para darle forma y sustancia al personaje principal femenino de mi novela Matar por Ángela que se publicaría en 1998.
   “Al borde de la ruina” es la cuarta o quinta canción que le compuse a aquella nueva musa cuyo influjo duraría hasta 1997, más o menos, sin que jamás lograra conquistarla, aunque mantuvimos la amistad y hoy día, si bien nos vemos muy poco, persiste un sentimiento de mutuo cariño. La letra menciona a “Ángela”  (no puedo revelar su nombre real) hasta la segunda parte, ya que el otro tema es la crisis económica por la cual estaba pasando después de mi divorcio, reflejo a su vez de la crisis económica de los últimos días del gobierno de Carlos Salinas de Gortari (le quedaba un año en el cargo). Quise tratar las cosas con ironía y burlándome de mí mismo y de mi circunstancia en esa época.
  La música es un blues. Lo grabé en el estudio de Adolfo Cantú, en la calle Canela, en Tlalpan, en las sesiones de 1997. Somos mi guitarra, mi voz y nada más.
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Al borde de la ruina

Estoy al borde de la ruina, endeudado hasta el cuello.
Ya le debo a medio mundo y siempre me ando escondiendo.
Tengo problemas muy graves, tengo problemas por doquier.
Me quieren correr de mi casa, pues no he pagado el alquiler.

Los acreedores me persiguen con citatorios judiciales.
Lo que gano no me alcanza ni para comprar tamales.
Tengo problemas muy graves, tengo problemas por doquier.
A eso agreguen la pensión que yo le paso a mi ex mujer.

Tantas broncas y dilemas deberían preocuparme,
deberían angustiarme pues la cosa está que arde.
Si fuera más responsable, ya sería hipertenso
y es que con tantos problemas, más me valdría estar muerto.

Sin embargo sólo hay algo que en verdad me quita el sueño
y ese algo que me desvela eres tú mujer sin dueño.
Me enajenas como nada y eso no está nada bien.
Me tienes tan enajenado que ya no sé ni qué hora es.

No me importan mis adeudos, mis carencias y deberes,
lo único que me interesa es que me digas si me quieres.
Estoy tan enamorado que ya no me importa ni el futbol.
Estoy tan enamorado que ya no me importa ni el futbol.
Estoy tan enamorado que ya no me importa ni el futbol.


sábado, 19 de noviembre de 2011

Dama soñadora

(Compuesta el 24 de mayo de 1972)

En 1972, a mis diecisiete años, estaba locamente enamorado de una niña de quince eneros que respondía al nombre de Irma y que no me tiraba ni un lazo. Todo sucedía en Tlalpan, en la colonia Toriello Guerra. Ella vivía en una casa blanca, enfrente del parque Morones, y desde que la conocí, a fines de 1969, ese lugar se convirtió en punto de reunión primero para cuatro mozalbetes: mi primo Arturo Espinoza Michel, mi amigo de la primaria y la secundaria José Luis Gutiérrez Carbonell y un chavo que vivía cerca de ahí llamado Rogelio y apodado El Chero. Yo era el cuarto mozalbete. Nos reuníamos todas las tardes en una de las bancas de aquel parque (la más cercana a la casa de Irma), para platicar y bromear (y yo para tratar de ver a aquella preciosa niña de piel apiñonada, nariz respingada y piernas prodigiosas). Se nos empezó a conocer como “los de la banca”.
  En poco tiempo, empezaron a arribar más amigos y llegamos a estar ahí más de veinte, entre ellos mi primo Gustavo García Arróyave, los Cantú y los Paredes. Para entonces, ya organizábamos partidos de futbol (contra los temibles chavos de una zona lumpen conocida como La Jicotera) y con nuestras guitarras dedicábamos largas horas a tocar y cantar (los que sabíamos tocar y cantar que éramos, básicamente, Federico Cantú, su hermano Adolfo “Bo” Cantú y yo).
  Inspirado por la belleza de Irma (quien solía usar una irresistible minifalda azul) y por mi absoluto y sufrido enamoramiento, empecé a escribirle canciones desde 1970 (le haría más de noventa). Una de ellas fue “Dama soñadora” (mi canción 198, en orden cronológico), misma que no tardamos en poner Fede, Bo y yo, con las guitarras acústicas y diversas armonías vocales (estábamos muy influenciados por Crosby, Stills, Nash & Young).
  Musicalmente, la definiría como una pieza folkie, tranquila y melancólica. Llegó a formar parte del repertorio del dueto que inicialmente tuve con Federico (la tocamos tres o cuatro veces en nuestros recitales de “Canción debate”, en 1972, en la Casa del Lago de Chapultepec) y luego del trío acústico Octubre, ya con Adolfo incorporado en pleno.
  La grabación que aquí presento es muy posterior y forma parte de las sesiones en la casa de Adolfo, en el Desierto de los Leones, en el año 2000. Mi voz era ya mucho más grave y no suena con el tono que tenía a mis quince años. La grabamos Bo y yo en guitarras y armonías vocales. La voz principal es la mía.
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Dama soñadora

Dama soñadora, con su falda azul.
Tirada en la alfombra que no flota en la luz.
Dama tan extraña, de mil colores sobrios.
Con su rara maña de hundir a cualquier novio.
Ven a cantar tu canto, mujer.
Ven a soñar conmigo, ven.

Dama soñadora de la casita blanca,
en su cama de flora y en su vida de potranca.
Dama tan hermosa, sólo en mis ojos.
¿Qué hace una rosa frente a mis despojos?
Ven a cantar tu canto, mujer.
Ven a soñar conmigo, ven.

Dama soñadora, con su incierto futuro.
Prende su veladora, así será más seguro.
Dama voladora, montada en su unicornio.
¿Cuánto la valora nacer en Capricornio?
Ven a cantar tu canto, mujer.
Ven a soñar conmigo, ven.

Dama soñadora by Hugo García Michel

Derechos reservados

martes, 15 de noviembre de 2011

Please Be True

(Compuesta el 15 de noviembre de 1969)

Esta fue la primera canción que escribí, letra y música. La hice a la edad de 14 años (y ocho meses) y me salió de pronto, lo recuerdo, al tratar de sacar en la guitarra un tema (“How Many More Times”) del primer disco de Led Zeppelin, acetato que acababa de comprar con el pago de mi primera quincena en el primer empleo que tuve, como office boy, en la empresa para la cual trabajaba mi papá. El resultado final nada tiene que ver con la pieza del Zepp, salvo en ciertas partes de la letra. Musicalmente me vinieron de pronto algunas ideas y así le fui dando forma a la estructura armónica y a la melodía. ¿Cómo fue? No sé explicarme cómo fue. No sé muy bien lo que pasó…, pero la canción de pronto ya estaba lista. No recuerdo por qué se me ocurrió que fuera en inglés (un inglés bastante elemental, hay que decirlo), porque incluso más tarde, ese mismo día, escribí otras dos piezas, ambas en español: “Vine a decirte adiós” y “El blues de los hombres infelices”. La letra de “Please Be True” (Por favor sé sincera) no está dedicada a alguien en particular (en ese momento no había una musa inspiradora, aunque muy pronto llegaría, en la persona de la bellísima Irma). Como sea, el resultado fue esta, mi primera canción, escrita hoy hace 42 años.
  Como no existe grabación de la misma, la que aquí presento la tuve que hacer ahora, con mi deteriorada guitarra y mi voz de timbre mucho más bajo que hace cuatro décadas, por lo que tuve que cambiar de la canción original en tono de La mayor a una versión en Mi mayor. Ni siquiera se trata de un demo.
  Es la primera vez que la muestro públicamente, porque nadie -ni mis hermanos o mis mejores y más cercanos amigos- la llegó a conocer antes. Esta es, pues, una primicia, un estreno mundial, je).
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Please Be True

When I give all my love to you - Please be true.
I will give you all I got to give - Please be true.
I will give you all by myself - Please be true.
We will be together, baby.
Please, show me your love.

I know, I know, I know I’m really gonna love you.
Oh baby, I know, I know I’m really gonna love you.

Will you drive me like a crazy?
How many more times?
I only want your love.
How many more times?



(Derechos reservados)

domingo, 13 de noviembre de 2011

Algo prohibido

(Compuesta el 23 de mayo de 2005)

Durante mucho tiempo fue este el tema con el que abrimos las presentaciones de Los Pechos Privilegiados. Es un blues seco, fuerte, cargado de cierta violencia visceral y de ira contenida. Lo escribí un día que me sentí enojado por alguna cosa que me dijo la mujer de quien estaba enamorado-obsesionado en aquellos días del año 2005. Francamente no recuerdo cuáles fueron sus palabras, pero sí sé que me llevaron a pensar en el deseo que a veces muchos sentimos de dejar de ser bien portados, de desafiar las reglas y comenzar a hacer algunas de esas cosas que están prohibidas por la corrección y los convencionalismos sociales. Esa es la idea de la letra de este tema que en concierto siempre he cantado con el mismo coraje que sentí cuando lo escribí.
  La grabación forma parte de las sesiones en el DIM, de principios de 2008, y la formación es la misma que ya señalé en "Los tiempos tristes" y ¨Razones de peso", es decir: Leyla Rangel y Giuliana Vega en los coros, Demetrio García en la batería, Rafael Herrera en el bajo, Mauricio Mayén en la guitarra líder y yo en la voz principal y la guitarra de acompañamiento.
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Algo prohibido

Desperté esta mañana con aliento podrido,
desperté esta mañana y quise hacer algo prohibido:
asomarme al balcón con un rifle cargado,
abrir fuego sin razón y sentirme desalmado;
seducir con sevicia a una monja adolescente,
llevarla a un hotel y, para trastornar su mente,
explorar con los dedos lo que sus ropas ocultan,
hacerla gemir y sentir todas las culpas.
Yo quiero hacer algo prohibido…

Algo prohibido, yo quiero hacer algo prohibido:
violar las leyes y las reglas, trastocar el cielo y la Tierra.

Desperté esta mañana sin un rumbo fijo,
sin poder olvidar lo que anoche ella me dijo.
El amor que le di se disolvió en la nada.
Todo lo que le di se lo llevó la madrugada.
Y hoy quiero hacer algo prohibido…

Desperté esta mañana, me sentí en el infierno.
Desperté esta mañana, me consumía el fuego eterno.
Me sentí frustrado, amargado y sin consuelo.
Me sentí una mierda y por eso es que yo quiero…
Yo quiero hacer algo prohibido.


01 Algo prohibido (demo) by Hugo García Michel

(Derechos reservados)

martes, 8 de noviembre de 2011

Tengo miedo

(Compuesta el 10 de septiembre de 1993)

La conocí en 1992, aunque me enamoré realmente de ella al año siguiente. Fue un exasperante y exasperado amor platónico que duraría tres largos años, en los cuales traté de conquistar sus favores de una y mil maneras que mucho tienen que ver con el servilismo y la humillación. Se trató pues de un proceso muy frustrante… y muy poco recomendable para una persona que quiera considerarse digna y dueña de una autoestima cuando menos aceptable. Pero así fueron las cosas y así decidí vivirlas, a pesar de su total rechazo a cualquier cosa que no fuera una mera amistad. Porque amigos sí fuimos (y lo seguimos siendo, casi veinte años después, ya superados aquellos sentimientos míos). No puedo revelar su nombre real, pero fue en ella que me inspiré para escribir mi novela Matar por Ángela.
  “Tengo miedo” refleja los primeros momentos de aquel enamoramiento que llegaría a ser tan obsesivo como absoluto. Ella supo todo el tiempo lo que yo sentía por su persona, pero simplemente nunca le gusté para algo más y eso está en la letra de la canción. Musicalmente tiene un poco de blues, un poco de folk y un poco de música popular norteamericana de los años veinte o treinta. También hay una cierta influencia de Donovan. La grabación fue hecha en 1997, en el estudio de Adolfo Cantú, en Tlalpan, durante una sesión que incluyó dos o tres piezas más, todas dedicadas a la supuesta Ángela, quien las conoció y a quien de hecho le gustaron…, pero ni así. La voz principal es la mía, la guitarra de acompañamiento también. Adolfo le metió un violín medio extraño y una figura guitarrística requinteada. No es una grabación profesional ni mucho menos, pero a mi modo de ver se oye bastante bien.

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Tengo miedo

Tienes sin duda lo que siempre he buscado,
lo que he querido, lo que he anhelado.
El aire que tú exhalas es el que yo respiro,
la voz que tú pronuncias acaricia mi oído.
Mis ojos ya no pueden borrar tu reflejo
y sin embargo te veo tan lejos…
que tengo miedo, mucho miedo,
miedo de enamorarme de ti.

Eres la dueña de un tesoro escondido.
Sé dónde lo guardas y ese es mi delirio.
Porque si lo abro sin pedirte permiso,
podría terminar con este frágil hechizo.
Me tienes en tus manos y seguro lo sabes:
con darme la espalda podrías destrozarme.
Y tengo miedo, mucho miedo,
miedo de enamorarme de ti.

Cuando despierto en la mañana,
es tu cara lo primero que veo
y antes de hundirme en el primer sueño,
tu rostro es mi fiel compañero.



(Derechos reservados)

viernes, 4 de noviembre de 2011

Elevación

(Compuesta el 23 de agosto de 1974)

Esta pieza surgió luego de que leí un poema sobre la muerte escrito por Charles Baudelaire y que forma parte de su libro más conocido, Las flores del mal (aún recuerdo la edición de portada rosada que debo haber perdido en alguna mudanza). En realidad, me inspiraron las líneas finales de dicho poema y tomé algunas metáforas de ahí. El tema formaba parte del repertorio del para entonces dueto Octubre y lo cantamos (Adolfo Cantú y yo, a nuestros dieciséis y diecinueve años de edad, respectivamente) en un programa de televisión de Canal 13, cuando aún era Imevisión, en febrero de 1975. Se trataba de una serie musical llamada Algo especial y nos tocó participar en la emisión final, producida nada menos que por Luis de Llano Macedo, cuatro años después de que organizara el festival de Avándaro y una década antes de que se le ocurriera inventar a Timbiriche. En el programa alternamos con La Revolución de Emiliano Zapata, Peter & Alex y Mester de Juglaría. La grabación que aquí presento la hice con el mismo Adolfo muchos años después, por allá del año 2000, en un estudio que improvisamos en su casa del Desierto de los Leones. Fue una sesión en la que grabamos una veintena de mis canciones.

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Elevación

Dichoso aquél que puede comprender el lenguaje de las flores
y de las cosas mudas y de todos los colores.
Dichoso aquél a quien los pensamientos
como alondras vuelan hacia el cielo
y se posan en las nubes blancas y descansan de su largo vuelo.
Dichoso aquél, dichoso él.

Dichoso él que ya no ve, que ya no ama ni puede beber.
Dichoso él que ya no llora, no tiene hambre ni frío ni implora.

Se ha elevado sobre nuestras mentes, se ha convertido en río y cascada.
Ahora sonríe a cada momento, ahora que ha visto lo que es la nada.

11 Elevación mp3 by Hugo García Michel

(Derechos reservados)

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Solicito una mujer

(Compuesta el 26 de agosto de 2006)

Escribí esta canción en 2006, todavía en mi época de obsesión por una mujer de quien estuve delirantemente enamorado a lo largo de siete largos años. Para entonces esa obsesión ya había disminuido bastante y en ese sentido las cosas iban pronto a cambiar para bien, pero aún alcancé a componerle esta pieza. Se me ocurrió hacerla a manera de uno de esos anuncios que aparecen en los avisos de ocasión de algunos diarios, como si solicitara a una secretaria y no a una novia. La noche en que la presentamos por vez primera, con Los Pechos Privilegiados, en el Ruta 61, a la entrada del bar cada mujer recibía una solicitud por escrito, con las características que se piden en la canción (cosas como "¿Le gusta el vino tinto? ¿Es usted olvidadiza?, etcétera). Fue muy divertido, porque aunque algunas parroquianas se desconcertaron, otras respondieron el cuestionario y hasta me lo hicieron llegar con su nombre y firma. Por ahí los conservo en una carpeta. Esta grabación fue hecha en los estudios de la escuela de música DIM y sólo estamos Mauricio Mayén en la guitarra principal y yo en la voz y la segunda guitarra. La canción, por cierto, fue incluida en un disco recopilatorio (Ecos del Tejedor) con diversos cantautores, editado en 2010 por la Cafebrería El Péndulo.

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SOLICITO UNA MUJER

Solicito una mujer con ganas de trabajar.
Sin problemas de horario y con disponibilidad.
No necesita referencias, sólo un poco de voluntad.
Solicito una mujer de tiempo completo
y bajo contrato, yo le ofrezco y le prometo
un ambiente agradable y ser con ella muy correcto.

No me importa que desentone al cantar.
Que ronque por las noches y le cueste despertar.
No me importa que no sea tan femenina
y que no tenga idea de qué hacer en la cocina.

Solicito una mujer de la que pueda enamorarme.
Que le guste el vino tinto y dormirse hasta muy tarde.
Que se ría de mis simplezas y le conmuevan mis detalles.

No me importa que sea olvidadiza.
Que sea distraída y que siempre tenga prisa.
No me importa que arrastre un pasado misterioso,
con tal de que me brinde instantes maravillosos.

Solicito una mujer con la que pueda darle vuelo
a los buenos momentos y a las noches de desvelo.
Que me haga sentir dichoso cuando acaricie yo su pelo.