Escribí esta pieza en una época en la cual me debatía entre el pensamiento liberacionista de los años sesenta y las ideas socialistas. Era un tiempo en el que me interesaba hacer canciones con mensaje, incluso de protesta, y en este caso mi blanco eran tanto la Iglesia católica como los propios católicos, en quienes yo veía una enorme hipocresía. A pesar de provenir de una familia profundamente católica y de haber recibido una cerrada educación religiosa (lo cual incluye todos mis años de primaria en colegios de monjas y sacerdotes) o quizá por lo mismo, a mis diecisiete años yo era un jacobino ateísta y antirreligioso de enorme radicalidad. Fruto de ello es este tema, "Viernes santo", que formaba parte del repertorio del grupo Octubre y que a principios de los setenta solíamos cantar con especial enjundia y convicción, lo cual espantaba a más de una buena conciencia.
Aunque hoy día no mantengo aquel extremismo y he dejado de ser antirreligioso (respeto las creencias de cada quién), me queda claro que la hipocresía de la Iglesia y de muchos católicos sigue idéntica a la de hace cuarenta años, cuando escribí la canción. Las cosas en muchos aspectos no han cambado y eso la hace seguir vigente.
La grabación forma parte de las sesiones en el Desierto de los Leónes, en el año 2000, y en voces y guitarras estamos Adolfo Cantú y yo. Musicalmente, se trata de un rock acústico que por su fuerza bien podría convertirse en eléctrico y al que no logro asociar con alguna influencia en específico.
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Viernes santo
Todos de repente se vuelven buenos, hipocresía en sus mentes,
Creen que en un día basta y sobra para volverse buenas gentes.
Todos se hincan a pedir perdón, todos se inclinan a pedir acción.
Pero dicen que están apenados y arrepentidos de sus pecados.
Jesús sé que no podrías soportarlos.
Judas sé que nunca podrías aguantarlos.
Jesús ahora estás muerto y lejos y solamente quedan tus reflejos.
Todo el año seguirán igual, pero hoy es diferente.
Si él pudiera verlos tan sólo como están, les escupiría en la frente.
Juego de ovejas estúpidas e inocentes y que se creen inteligentes.
En un día quieren arreglarlo todo, pero siguen de ese modo.
Ser cristiano no es ir a misa ni rezar todas las noches
ni implorar y dar las gracias ni dar diezmos y derroches.
Ser cristiano no es dar limosna para después humillar.
Tampoco es golpearse el pecho y ponerse a comulgar.
(Derechos reservados)
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