sábado, 29 de octubre de 2011

Razones de peso

(Compuesta el 26 de junio de 1984)

Escribí este tema en pleno sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, cuando la crisis económica alcanzaba niveles delirantes y el valor del peso mexicano se pulverizaba frente al dólar. La canción narra la historia de un personaje desarrapado y enfermo, a quien el narrador ayuda al verlo en tan mala situación. Sólo al final se revela quién es dicho personaje. Elegí hacerlo con una música ligeramente jazzeada, aunque para mí sigue siendo rock. La rescaté para incluirla en el repertorio de Los Pechos Privilegiados y muchas veces, al presentarla en concierto, la parte del solo incluyó no únicamente a la guitarra sino en ocasiones también a la flauta de María Emilia Martínez. Esta versión es la que grabamos en el estudio de la escuela de música DIM, a principios de 2008, con la misma gente y los mismos músicos de "Los tiempos tristes".

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RAZONES DE PESO

Quiero contarles lo que me ha pasado, cuando en la calle circulaba yo.
Iba tranquilo y despreocupado y de pronto un extraño se me apareció.
 Tenia un aspecto triste y deplorable que no inspiraba sino compasión.
En sus ojos pude ver el miedo
de quien anda escapando de un peligro mayor.

“Soy”, me dijo, “un ser desgraciado, la vida me ha tratado mal.
Alguna vez fui rico y poderoso, pero todo de pronto llegó a su final”.
 Desesperado me imploró ayuda, sus enemigos rondaban por doquier,
estaba solo, a nadie tenía y en cualquier momento lo podrían barrer.

Por caridad lo llevé a mi casa estaba enfermo y era fría su piel.
Agradecido sonrió con tristeza y accedió a revelarme quién era él.
 “Soy”, me dijo, “alguien muy famoso, a diario se habla de mí.
A pesar de mi desventura, de mi suerte depende este pinche país”. 
Tomó entonces una digna postura, su rostro se volvió sereno y ufano
y dijo con voz orgullosa y segura: “Soy tu moneda, el peso mexicano”.
  
No volví a verlo luego de esa noche y ya nada supe de él.
Alguien me dijo que se fue de bracero y que la migra lo tiene en su poder.
 Quiero contarles lo que me ha pasado, cuando en la calle circulaba yo,
y si alguien ve a ese peso desgraciado,
díganle que me devuelva el dólar que me robó.




(Derechos reservados)

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