martes, 22 de noviembre de 2011

Al borde de la ruina

(Compuesta en octubre de 1993)

Me divorcié en septiembre de 1992, luego de meses más que tormentosos, y a principios del año siguiente mi hermano Sergio me puso en contacto con una fotógrafa especializada en registrar conciertos de rock con el lente de su cámara. Realmente era muy buena. Me la presentó por cuestiones meramente profesionales, ya que para entonces yo estaba en plenas tareas para echar a andar lo que en febrero de 1994 sería la revista La Mosca en la Pared. Al principio, aquella joven de veinticuatro años no me llamó demasiado la atención, mas en poco tiempo caí bajo su embrujo y me enamoré perdidamente de ella. Un par de años después, sería mi fuente de inspiración para darle forma y sustancia al personaje principal femenino de mi novela Matar por Ángela que se publicaría en 1998.
   “Al borde de la ruina” es la cuarta o quinta canción que le compuse a aquella nueva musa cuyo influjo duraría hasta 1997, más o menos, sin que jamás lograra conquistarla, aunque mantuvimos la amistad y hoy día, si bien nos vemos muy poco, persiste un sentimiento de mutuo cariño. La letra menciona a “Ángela”  (no puedo revelar su nombre real) hasta la segunda parte, ya que el otro tema es la crisis económica por la cual estaba pasando después de mi divorcio, reflejo a su vez de la crisis económica de los últimos días del gobierno de Carlos Salinas de Gortari (le quedaba un año en el cargo). Quise tratar las cosas con ironía y burlándome de mí mismo y de mi circunstancia en esa época.
  La música es un blues. Lo grabé en el estudio de Adolfo Cantú, en la calle Canela, en Tlalpan, en las sesiones de 1997. Somos mi guitarra, mi voz y nada más.
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Al borde de la ruina

Estoy al borde de la ruina, endeudado hasta el cuello.
Ya le debo a medio mundo y siempre me ando escondiendo.
Tengo problemas muy graves, tengo problemas por doquier.
Me quieren correr de mi casa, pues no he pagado el alquiler.

Los acreedores me persiguen con citatorios judiciales.
Lo que gano no me alcanza ni para comprar tamales.
Tengo problemas muy graves, tengo problemas por doquier.
A eso agreguen la pensión que yo le paso a mi ex mujer.

Tantas broncas y dilemas deberían preocuparme,
deberían angustiarme pues la cosa está que arde.
Si fuera más responsable, ya sería hipertenso
y es que con tantos problemas, más me valdría estar muerto.

Sin embargo sólo hay algo que en verdad me quita el sueño
y ese algo que me desvela eres tú mujer sin dueño.
Me enajenas como nada y eso no está nada bien.
Me tienes tan enajenado que ya no sé ni qué hora es.

No me importan mis adeudos, mis carencias y deberes,
lo único que me interesa es que me digas si me quieres.
Estoy tan enamorado que ya no me importa ni el futbol.
Estoy tan enamorado que ya no me importa ni el futbol.
Estoy tan enamorado que ya no me importa ni el futbol.


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